El aprendizaje sostenible, es una respuesta justa, responsable y solidaria, que autoras como Lorraine Graham, Jeanette Berman y Anne Bellert, proponen a las sociedades del siglo XXI, para atender a las necesidades educativas del ser humano actual.
Esta propuesta educativa tiene como objetivo lograr que docentes y estudiantes sean capaces de autotransformarse en armonía con su contexto, para lo cual establece tres dimensiones:
- Aprendizaje para todos
- Enseñanza significativa
- Aprendizaje perdurable
El aprendizaje para todos sostiene que nadie debe ser excluido de los procesos educativos, promoviendo el respeto a la diversidad y diferencias, colocando en el centro de la educación a la persona, razón por la cual, plantea que es la pedagogía la que debe adaptarse al estudiante y no lo contrario, como sucedía antes.
La enseñanza significativa enfatiza el rol fundamental que tienen los docentes en el proceso de enseñanza- aprendizaje y los invita a asumir el enfoque de profesionales responsivos, aportando con estrategias y herramientas que ayuden a los estudiantes a la adquisición de las habilidades del siglo XXI, que según Lorraine Graham, Jeanette Berman y Anne Bellert, son: Globalmente consciente, comunicador, innovador, alfabetizado financiera y económicamente, alfabetizado informática y mediáticamente, colaborador, pensador crítico, solucionador de problemas, comprometido cívicamente, ser un aprendiz autodirigido.
El aprendizaje perdurable busca desarrollar al ser holísticamente, activando procesos de aprendizajes sostenibles, es decir, que perduren en el tiempo, para que le permitan participar activamente en la solución de los problemas y retos que se le presenten.
La Educación Inclusiva debe ser concebida como un proceso que permite abordar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de una mayor participación en el aprendizaje y reducir la exclusión del sistema educativo
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